Valor Educativo: Compañerismo
Había una vez un
bosque en que todos los animales jugaban felices y contentos. Tanto que el sol
que los veía quiso jugar con ellos. Estos le dejaron jugar, pero cuando el sol
bajó del cielo y se acercó al bosque, ninguno podía resistir el calor y todos huyeron
a esconderse.
Entonces, el sol
volvió a subir junto a las nubes, pero estaba tan triste que ya no quería salir
a iluminar nada, y sin el sol, todo se fue apagando, y el precioso bosque y sus
animales también. Los animales, sabiendo la causa que apenaba al sol, se reunieron
a pensar en formas de alegrarle, hasta que alguien propuso jugar con él de
noche, cuando ya no quema, y así evitar sus rayos. Y así lo
hicieron.
Todos tuvieron que hacer un gran esfuerzo para descansar más durante el día y poder jugar por la noche, pero tenían tantas ganas de alegrar a su amigo el sol, que nadie puso ninguna pega, y la luz y la alegría volvieron al bosque y al resto del mundo.
por Pedro Pablo Sacristán
¿De qué otra manera pudo terminar este cuento.?
ResponderEliminar